Somos una familia decente y acaudalada de San Isidro que se viste muy bien a la hora de comer.- Sentenció Cornelio Roque .
No te voy a permitir que te sientes a comer el asado en sandalias.-Continuó y al final miró el retrato del Brigadier Mayor que presidía solemne y tácitamente el comedor, intuitivamente buscando aprobación.
Disculpa padre...- Dijó con la voz entrecortada la niña y se levantó a su habitación.
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