domingo, 24 de julio de 2011

El informador

Con una voz fuerte pero a la vez amable, inspiraba seguridad, esa seguridad que nos enseñan desde chicos en la escuela, es decir con una inquebrantable relación entre autoridad y seguridad, los llamó con un rostro sin expresión.
Todos obedecieron sin cuestionarse, sin desconfiar de lo inusual de la vestimenta del extraño o el codigo de barras tatuado en su calva nuca, sin criticar lo inusual de las circunstancias ese verano en la Colonia de Vacaciones de la Mutual del Sindicato de Empleados de Comercio, Servicios de intercambio de bienes por valores varios y Afines (MSECSIBVyAf)donde todo parecía un mundo de ensueño de alegría infinita donde solo la cancelación de la visita de los chicos de Gran Hermano empañó la jornada.
-Tengo noticías para darles- Dijó cuando unos 50 lo rodeaban.
-Todos, ahora, deben morir- Continúo de inmediato.
Ante la impavidez de su pueril audiencia, imprevistamente extrajo su juego de Uzis doradas y con grabados orientales indescifrables hasta para el mas informado de los gurus televisivos de turno.
Descargó varias ráfagas, mientras los niños y coordinadores reparaban en todo lo que pudieron o no hacer, en sus creencias religiosas y en sus ancestros ya pasados a mejor vida.
Entre lágrimas, pis y un sulfuroso aroma a materia fecal.
Dijo:
-Eran balas de salva boludooooos!!! Es una cámara para el programa de Tillingo.

-Cabezón!!!! Andate a cag...!!!-

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