martes, 26 de julio de 2011

El cepillo de los pendejos.

Dūra rahō! Dūra rahō! La incomodidad de tener que acostumbrarse a las multitudes de mendigos de Bombay, le habían enseñado a decir una sola palabra en hindi…”Alejarse! Alejarse…!
Se acercó vociferando hacia las dos heteras eventuales. Pudo rescatarlas de las manos y miradas que mezclaban absorción, admiración e indiscreción.
Mientras caminaban con rumbo vago y desconocido, miró una bola de pendejos flotando junto a un montículo de materia fecal. Y mencionó.
-Les pasó lo que les pasó recién, porque se ven demasiado respetables…-
-Por algo hace varios días que no me ducho ni afeito, intento parecer lo menos inocuamente respetable posible.- Explicó.
-Existe una directa relación entre respetabilidad y pragmatismo.- Continuó.
Sus palabras y pensamientos se interrumpieron nuevamente con la imagen de la bola de pendejos flotando en la fétida acequia.
-…y claro, por algo en la India nacen tantos gurúes, médicos y sanadores, es por el entorno anti sanitario en el que el cuerpo y el espíritu son forzados mas allá de sus propios límites.- Desarrolló con simplicidad.
-…es todo una cuestión de motivación.-

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