domingo, 31 de julio de 2011

La trompeta del burócrata.

Como rugidos se escuchaban a la legua, eran nuevos, ningún animal de la región berreaba de tal manera.


De la lejana Asia, parece ser que un trompetista había venido a las pampas a dar sus últimos estertores; pensaban los borrachos con los codos clavados en las mesas del barcito de la estación y la mirada perdida en algún vaso de caña o de ginebra.

Las partidas presupuestarias se habían atrasado por la recesión y la indecisión de los políticos de La Plata, así que la Dirección de Fauna y Ecología no se quería meter por el inmenso trabajo burocrático que implicaba el traslado hasta Palermo, en Buenos Aires, al zoológico.

Al pobre, viejo y enfermo elefante lo habían abandonado a la vera del caminito de tierra que llevaba al baldío de la entrada del pueblo. No soportaría el resto del viaje que la gira del circo tenía programada.

Mas tarde, algún paisano de la peonada cumpliría el encargo de sacrificarlo.

Mas tarde, algún paisano clavaria los codos en el barcito de la estación, pensativo en la muerte de ese rey de los músicos Africanos que había venido hasta la lejanía desolada a morir. Con la mirada clavada en un vaso de caña o de ginebra.

This is England (54-56 Was My Number)

Y Candela…? Y la moto…?

Sigueeee giraaaandoooo…!-
Sigueeee giraaaandoooo…!-
Sigueeee giraaaandoooo…!-
Con los ojos desorbitados gritaba El, esa madrugada de domingo después del día de la primavera, que de casualidad había caído un sábado, haciendo explotar la Capital y el Gran Buenos Aires.

Ella, confundida por las drogas y el alcohol, y aturdida por el motor de la Honda Thunder que sin el silenciador sonaba como un Scania con acoplado cortando el aire por una ruta desolada. Miraba a su alrededor, con la esperanza de que no la viera ninguna de sus compañeras del Todo por Dos Pesos donde hacía unos días había empezado a laburar.

Los dos flameaban en una mezcla desproporcionada de exitación y algarabía a mas de 130 kilometros por hora.

Irala y California, la desidia de las cuadrillas de mantenimiento de la Intendencia habían dejado destapado un bache, que con el paso de la camionada del Puerto, se había convertido en un pozo o un cráter conocido por toda la gente del Barrio.

Le pregunté a la mañana siguiente a mi amigo Néstor, Bombero Voluntario de Vuelta de Rocha, por la sirena que escuché varias veces a la noche, si se había incendiado algo, con un inocultable agotamiento físico y mental, se esforzó por responderme con una mirada socarrona.

Dos pares de zapatillas quedaron desperdigados en la plaza.

sábado, 30 de julio de 2011

Bob Marley And The Wailers - Love

Monopolio.

Escribir un libro puede tomar días, semanas, meses o años. Pero ese no es el verdadero problema hoy. El problema reside en la fase de edición y distribución, un esfuerzo que se ve demasiado viralizado por Internet. Como si Internet fuera el caballito de batalla de la globalización y su objetivo de unificar todas las culturas con el dilema de obtener mayores consumidores de la menor cantidad de productos. Eso es el monopolio.

Mejicaneada.

Que sigaaa la Fieeeestaaaaa…!!!!
Que sigaaa la Fieeeestaaaaa…!!!!
Que sigaaa la Fieeeestaaaaa…!!!!
Que siiigaaaaa….!!

Gritaba el chapú Ortega Guzmán, con una botella de Tequila en una mano, un habano entre los labios, y un revolver en las manos disparando sin cesar. Era el guía de la expedición y el que se aseguraría de entregar el cargamento al final de esa travesía.

Lo acompañaban:

El turco Marcos Jalof, argentino en realidad, noveno Dan en Taek-won-do un arte marcial del que su padre era uno de los senseis mayores en la Argentina. Marcos en cambio alternaba entre un trabajo estable en un call center de una empresa de Informática y el servicio irregular de patovica en discotecas porteñas donde repartía siniestros golpes a cualquiera que no le gustara amparado en la pseudolegalidad que su función le otorgaba. En una oportunidad mediante un trabajo de manipulación mental había terminado en la violación de una niña de 13 años. Lo que había derivado en una demanda a la compañía para la cual trabajaba (la de informática) por parte de la madre, mas interesada en obtener un beneficio por parte de la empresa que en salvaguardar el honor y la dignidad de su hija. No obstante parece ser que la verdadera búsqueda de redención que buscaba o de la que escapaba era en realidad el fantasma de su padre que lo perseguía mentalmente tras su repentino fallecimiento que trascendió en los medios especializados.

El holandés Van Buren que no paraba de tomar vicodines desde su desembarco en Cancún y que disfrutaba el riesgo de su adicción incurable al peligro permanente.

También estaba:

El negro Nge Zwanga nigeriano, que había entrado de polizón desde Guatemala colgado de un tren monstruoso, llamado La Bestia por los lugareños.

La travesía había terminado para ellos; el chapú ya tenía su propio itinerario.

A Favaloro

Sabés por qué la Argentina dió tan buenos médicos...?
Porque los argentinos quieren vivir...!

Villa Argentina.

Un moho verde intenso se adivinada en las azoteas de las casitas bajas de clase media del Viaducto. Un frío que se sentía en las rodillas y en la espalda, tras su paso, como una bruma gélida rasgaba su rostro afeitado al ras a las apuradas.


La gris monotonía de las calles del conurbano, se quebraba por cortos instantes por la estridente música de los autos tuneados de los pibes de la villa, los pocos que escapando al paco, las tentaciones y los excesos, habían obtenido algún empleo, como repositores en un supermercado o en la sodería del barrio, uno de los últimos bastiones de la mediana empresa en ese otrora sueño popular y anodino frente a los embates, a la concentración de riquezas y el crecimiento desmesurado de la Corporación. Pero la sodería seguía ahí, solemne como el sueño del viejo Roca cuya obsesión sería la educación de sus hijos a través del trabajo duro y constante. Desde los parlantes y amplificadores de los Fiat, la cumbia y el reggaetón exaltaban y alegraba ánimos pasajeros.

Caminó las cuatro cuadras, atento y vigilante con la mirada vaga sobre las cuatro veredas, dibujando un perímetro imaginario alrededor suyo.

Se detuvo a esperar el bondi fijando su atención donde terminaba la calle, en un horizonte arbolado y urbano. Con una mano en el bolsillo, contaba las monedas sin mirarlas, reconociéndolas por su tamaño y textura, imitando una conveniente ceguera.

Subió los escalones mientras el motor vibraba, con alivio pero verificando mentalmente si en casa todo había quedado en orden, cerrado y desconectado. Buscó un lugar y se sentó acomodando su morral sobre su regazo.

Recorrió con su cansada mirada las expresiones de angustia, resignación y resentimiento de quienes a esas horas iban para el centro. Al menos de aquellos que no dormían profundamente, abrigados con exageración. Se tomó su tiempo para reflexionar sobre esas expresiones intuyendo una secreta esperanza de que estos, asimilando algunos valores, a cambio podrían alternar unos lugares en el ejido social.

Los intelectuales hacía un tiempo habían abandonado la expresión “pirámide social” por una, en cambio, mas eufemística, ahora era “ejido social”; imaginar una pirámide instaba a contemplar una conspirativa idea de jerarquía. En tanto, hablar de ejido inspiraba un concepto de horizontalidad libre. Para El, en última instancia, no era más que un “sálvese-quien-pueda” encubierto.

Con el rojo del semáforo, aprovecho y se bajó en Alem y Lavalle. Se extrañó por el escándalo circundante y se acostumbró a la sinfonía ensordecedora, pese que hacía tiempo había dejado de estar predispuesto a dicha vorágine.

Extrajo de su bolsillo la cigarrerita dorada, herencia de un abuelo inmigrante que había encontrado en la sutil utilidad de esta cajita un lugar donde depositar las esperanzas que el nuevo terruño deparaba. Esperanzas que sistemáticamente el y su progenie se habían encargado de fumarse, víctimas probablemente del infortunio y la adversidad cotidiana. Fumó un poco más.

Beirut Elephant Gun

viernes, 29 de julio de 2011

Tricky - Evolution Revolution Love

Guía Turistica

Los viajes son la superposición entre eventos banales y extremos y a ello se reduce la dificultad para contarlos o escribirlos. A menos que atravieses la 21 a las once o doce de la noche.

Moloko - Indigo

2001 Odisea en la torpeza.

“…Google ya te gestiona los contenidos en tiempo real.


Ups…muchos sitios actualizados en la última hora…están en arábigo…algo está por pasar.

En serio te digo, estas cosas las puedo olfatear a través de una cerradura.

Despertemos al Presidente.”

Grabación de los Operadores de Monitorización de Redes Internacionales. El que habla es el oficial de mayor experiencia, mientras instruye a alguien.

El escribano Murray-McIntosh

A los soldados de artillería les dicen matavacas.-comentó con énfasis.

Te voy a decir algo, los campos que están en los alrededores de un cuartel, son los más baratos, porque tenés gente merodeando el lugar todo el tiempo...con ametralladoras y toda la parafernalia.- Continuó.

Pero también son los mas difíciles de comprar...quién te pensás que es el dueño de esos lugares...? los mismos jefes de los cuarteles.- Se preguntó y respondió a la vez el tipo en su coqueta oficina en Recoleta, con la clásica mirada de "me las sé todas".

Los Arizmencuezaga

Somos una familia decente y acaudalada de San Isidro que se viste muy bien a la hora de comer.- Sentenció Cornelio Roque .
No te voy a permitir que te sientes a comer el asado en sandalias.-Continuó y al final miró el retrato del Brigadier Mayor que presidía solemne y tácitamente el comedor, intuitivamente buscando aprobación.
Disculpa padre...- Dijó con la voz entrecortada la niña y se levantó a su habitación.

La Matanza

-Ja…ja…ja..ja!!!-Dijo con el rostro desencajado.


-Era TNT eso…!-Aclaro, mientras el resto se congelaba en estupor.

Descolgó su FAL, que llevaba en bandolera, terciada a sus espaldas.

Y disparo en una ráfaga, todo el cargador; los veinticinco tiros fueron a dar a cualquier lado.

Al terminar.

Se lo cruzo diagonalmente sobre su torso.

-Tengo un cargador más si tienen algo que decir ehh…?- Sentenció con una mirada segura y sincera. Sin realizar un solo gesto. Un rostro vacío de toda expresión.

Les habían ordenado proteger una granja, que garantizaría la alimentación de los poblados circundantes y sus tropas.

A su alrededor un montón de vacas y gallinas yacían inertes o moribundas.

El flaco Bernasconi había perdido la cabeza. El paso del tiempo en esa realidad inmunda y siniestra había hecho estragos en su infantil mente.

Moloko - The Time Is Now

Massive Atack - Karmacoma

Lo qué mas me gusta de este video es la mirada introspectiva que realiza el personaje (barbudo y pelilargo) sobre sus peores pecados, vicios, perversiones, miedos y traumas. El personaje del pasillo que con su arma cuenta o recrea las personas que asesinó refleja lo autodestructivo de la acción general. Una mirada acorde al planteo realizado en el concepto de la obra de teatro El Ojo del Panóptico.

jueves, 28 de julio de 2011

Los primerizos

En la cortada de Peláez, abajo del gastado y decolorado pasacalles que decia "Felices 15 añitos Mercedes", se juntaban los pibes, el polaquito, Fabián y el Matu, empezaban cuando los pajaritos trinan en la copa de los añosos plátanos que tiempo atrás habían plantados los vascos, los primeros en llegar e instalar ahí sus quintas. Desde entonces la zona había cambiado, ahora era un barrio, una barriada más, más allá del Riachuelo.


Hablaban con tono insolente hasta entrada la noche. Del fútbol, de tal profesora del Industrial, de las minitas que, entre precavidas y alagadas de una manera arrogante caminaban rápido por la vereda de enfrente susurrando sobre ellos con sus jeans ajustados, de donde se encontrarían el sábado a la noche a destilar su juvenil energía. Hablaban, gritaban, agitaban, largo y tendido. La vieja Elvira ya los había puesto en vereda varias veces, hasta había llamado a la policía alguna vez. Les chupaba un huevo.

“La calle es pública”- la increpaban a coro y seguían con lo suyo.

Se prendían uno, y en cada pitada, en cada beso, en cada seca, sellaban más su amistad, sellaban su destino.

Salvo en lo del Matu, que el viejo se ponía en pedo y repartía trompadas sin remordimientos. La figura paterna ya no estaba, o se había muerto, o se había ido con alguna paragua mas joven a vivir lejos. El viejo de Matu para los cánones del barrio podía decirse que era un “buen padre”, estaba, festejaba navidad con la familia y a las doce sacaba el 32 y lo vaciaba contra el paredón de la fábrica abandonada, culpándola de todas sus desgracias. Que en el fondo lo era.

Fue el rengo Narváez, que cada tanto caía, el que les paso el dato y les hizo la onda con Peloza para conseguir los fierros, dos .22 y una tumbera. Parece que la parejita de Veterinarios que se habían mudado hace un tiempo al lote baldío donde construyeron un moderno dúplex, habían cobrado una plata proveniente de la venta de la casa de la recientemente fallecida abuela de Natalia, la esposa. Y parece que la plata, en dólares, estaba guardada en algún mueble del living de la casa. Natalia no quería tener un perro guardián, por alguna clase de deformación profesional no aceptaba que los animales, y menos uno tan noble como el perro, fueran utilizados para resolver disputas de hombres.

Era una movida bastante simple. Entrar, apretar un poco, algunos culatazos y seguro que cantaban. Así lo entendían ellos, pese a que mas allá del cordobés que habían dejado inconsciente a la salida de “La Mulata” por tocarle el culo a la mina que el polaco se estaba chamuyando, eran buenos pibes. Descontrolados a veces. Pero no más que eso.

Narváez, en si era un tipo legal, les conseguía por poca plata lo que querían, andaba bien, tenía una buena moto mucho mas zarpada que las guerrerito de ellos, era un héroe. Confiaban en la data que les había pasado. Y, después de la repartija iban a estar en la gloria. De movida se iban a ir los tres al Abasto a comprar zapatillas y ropa de marca.

Así las cosas, vigilaron, uno por vez, los movimientos de la casa de los veterinarios. Estaban bien encaminados. Descubrieron que los viernes, Alberto y Natalia volvían del supermercado, descargaban todas las bolsas repletas de víveres y productos gourmet. Y entraban al dúplex. Un rato después Alberto salía y llevaba su Volkswagen hasta la cochera en que se había convertido el galpón de la hilandería fundida en el 2001. Siempre los viernes, el resto de la semana eran bastante irregulares, generalmente llegaba mas tarde Alberto porque algo tenía con la recepcionista del Laboratorio de Especialidades Veterinarias donde laburaba.

El viernes llegó, cuando la pareja termino de descargar todo. Aprovechando la tenue luminosidad de la tarde que se hacía noche. Fabián se acerco discretamente, y simulando acomodarse una media tajeo y desinfló uno de los neumáticos del Volkswagen.

Alberto salió un ratito después con pinta de haber discutido con Natalia, quizás porque según el habían gastado mucho en cosas que no necesitaban. Pero su rostro se transfiguró aún más cuando vio la goma baja.

Mientras forzaba los bulones de la rueda estaba por largar una puteada cuando lo sorprendió Matu, el mas grandote de los tres y lo metió en el dúplex tranquilizando a Alberto, pero a la vez tranquilizándose el. Fabián y el polaquito corrieron atrás.

Adentro revolearon todo, inútil era que Natalia intentara mediar con ellos, decirles que el dinero estaba en el banco, ofrecerles ir a buscar plata a un cajero. Culatazo, tras culatazo. Ella gritaba, y ellos le decían que se callara. Con otros culatazos, que la hacían gritar mas. Alberto entro en una crisis nerviosa y se hizo pis.

Manotearon el reproductor de DVD, la notebook, y la cartera de Natalia. Salieron, se montaron en las guerrerito, Matu en una, el polaquito y Fabián en la otra.

De la esquina salió el Viejo Bermúdez un retirado de la bonaerense con varios sumarios por apremios ilegales, que por el kilombo que había escuchado, intuitivamente llevó la 11-25. Con el odio y el resentimiento que le habían inculcado, sumado a su natural sadismo. Repartió tiros a mansalva. Incluso uno le pego a Natalia, dejando desfigurada a la morochita linda que siempre había sido y con la cual se había casado el meón Alberto. Menos mal que todavía estaba la recepcionista.

El polaquito y Fabián cayeron baleados estrellándose contra el frío y gris pavimento. El último en irse fue Fabian, que entre lagrimas veía a su amigo muerto y desangrado, con el cráneo destrozado contra el cordón de la vereda. Sus destinos estaban sellados.

Matú la secuencia la vio desde la esquina y nunca la borraría de su memoria.

Mientras huía sin rumbo, se le cruzo una de la camionetas de la brigada, que ya lo estaban buscando, probablemente incluso con la data del malcogido del rengo Narváez.

Esa noche lo molieron a palos, un poco los cobanis en el móvil, otro poco los otros presos que hacinados compartían la celda destinada a los menores.

Por lo menos llego al juzgado de menores sin que lo violaran.

Hace tiempo que esta en Melchor Romero, la vieja le lleva ropa, comida y cosas de higiene. El le pide plata para pagar la ranchada. El boga ya le explicó que la fecha para la audiencia con la jueza es incierta. La vieja no da mas, la poca plata que tiene la hace con changas cociendo y limpiando en la casa de una pareja de arquitectos gay que se mudaron hace poco al barrio remodelando un antiguo PH, además su marido y sostén de familia se fue a vivir a una pensión en Constitución.

El barrio sigue igual, el Viejo Bermúdez terminó procesado por daños graves y por exceso en el uso de la defensa, el rengo Narváez ahora vende rifas de la cooperadora policial.

Bajó un albirojo pasacalles que reza "Gracias San Expedito por el Favor Concedido", cinco pibes se juntan en la cortada de Peláez, cada tanto se prenden uno. Sellando, con cada beso, con cada seca, con cada pitada, su destino.

martes, 26 de julio de 2011

Tres cucharadas de café instantáneo.

Es la droga…! Es la droga…! Es la droga…! Es la drogaaaaa….!!!- Sonaba de fondo la cumbia villera en la barriada del sur del conurbano.

Lautaro comenzó el día a media mañana con la rara sensación de que ese día depararía algo mas de lo que prometía su agenda cotidiana.

Con el ánimo habitual redistribuyo algunas cosas en su pocilga. Bebió un té semi-amargo mientras leía titulares y mails.

Supongo que el haberse bebido unas copas solitarias de malbec para endulzar una madrugada gélida, inconscientemente lo inclinaron a tomar medio Focusplex y algo de Soma. Con cierto desgano salió a la calle donde cruzo una mirada con su inquietante vecina que paseaba un can vestido con un ridículo pero funcional atuendo en esa tenuemente soleada y ventosa mañana de invierno.

Tediosos trámites burocráticos lo esperaban en el Microcentro, donde una constelación aleatoria de multitudes de diversas tendencias, filosofías, creencias e ideologías, sistemática y discrecionalmente se encargarían de testear su buena voluntad, su paciencia y llevarían al límite sus fobias sociales.

Por detrás, mientras viajaba escuchaba:

-El rol mi querido amigo, del Oficial de Doctrina no es facíl, es asegurarse como van a responder los de adentro, los de afuera, y lo mas importante…los de arriba.-

Se cambió de lugar y se resigno a escuchar como dos quisiera-ser-gangster coordinaban telefónicamente un “trabajo”.

Exhausto, comenzó a prestar atención a lo que una joven estudiante leía con devoción a su lado, “básicamente, las computadoras van a desarrollar conciencia en el 2029, esta llamada Teoría de la Singularidad, pretende reflejar que el ser humano trascendería de la biología, y que este proceso se desarrollaría de una manera sorprendentemente rápido en la siguientes décadas”. Extrapolando formalismos vacíos, intuía cataclismos, con la consecuente pérdida de habilidades, relaciones, moral y sentido en su mas literal significado. Conceptos que a fin de cuenta, le dan forma a la naturaleza humana, al menos en sociedad. Lo mas difícil sería reprogramar la bioquímica de cada individuo en función de los dictámenes de la tecnología, que curiosamente abarataría cada aspecto de un cada vez mas multifacético y multidimensional ejido social, menos el relacionado con el cuidado de la salud y ni que hablar de cuando estas nuevas conciencias tecnológicas demandaran derechos y privilegios. La imagen de King Kong en la cima del Empire State parecía una solemne y postindustrial advertencia.

-Que importa…? Entonces estaré, muerto o jubilado.- Murmuró con calma.

Al bajar del bus, con una oculta sed de sosiego se introdujo por el túnel hippie que une la Avenida de Mayo con Rivadavia, no obstante al salir del paseo concibió la idea de que sus minutos anteriores no habían sido otra cosa que mas de lo mismo.

Se detuvo brevemente en la Antigua Farmacia Suiza donde compro pastillas de valeriana, no tenía pensado dejarse dominar por la ansiedad aunque tuviera que recurrir a medios farmacológicos para fines terapéuticos…o recreativos. O ambos.

Mentalmente lo justificó con el hecho de que en el trabajo se sentía como los esclavos que se dedican a pisar hojas de coca en el noroeste, pese a la dudosamente perjudicial comodidad de su oficina.

Entró a la sucursal, su morral fue revisado superficialmente por el personal de seguridad contratado. No obstante su carga era bastante mayor de lo que una simple mirada podría haber detectado.

Le dieron un numero y le indicaron donde esperar. Mientras yacía hipnotizado observando las guardas geométricas propias de una mezquita o un palacete renacentista una de las empleadas lo llamó, incorrectamente menciono su apellido, no obstante se había acostumbrado a las confusiones. Para mal o para bien.

Los documentos que acreditaban su nombre estaban deteriorados por el tiempo y eso demoró un poco el supuestamente breve trámite que pensaba realizar. Pero también internamente lo enfrentó a un debate sobre su propia identidad. Sin embargo la empleada mientras actualizaba formularios y datos, le ofrecía incansablemente un paquete de servicios adicionales con un importante costo, una cuestión totalmente irónica si se la introducía al debate que Lautaro mantenía sobre su identidad. Una conclusión apurada y poco meditada sería que no importaba quien era en realidad, en tanto y en cuanto pudiera adquirir y consumir bienes y servicios.

Una banda que fusionaba jazz con reggae con algunos ritmos latinos lo sorprendió al salir, un joven grupo de bohemios que intercambiaban su tiempo y talento por algunas monedas y la oferta de sus discos. Minutos después se distrajo, con alguna que otra minifalda, a continuación el semáforo de Diagonal Norte lo impulso inercialmente a cruzar la avenida y a caminar en dirección de la Plaza de Mayo, la que cruzó diagonalmente con la sensación de conocer a todos, cortesanos del siglo XXI. Incluso reconoció a un antiguo y respetado suboficial de cuando estaba convocado por un ideal, no lo saludó, respetando esa regla tácita de que el tiempo diluye fácilmente los vínculos humanos superficiales, eventuales y forzados. No tardaría mucho tiempo en interesarse por unas telas que un vendedor callejero ofrecía de manera irregular literalmente frente a la Casa Rosada, toda una metáfora de nuestra supuestamente institucional, post-moderna y globalizada forma de administración social.

Simplemente continuó su andar hasta los módulos de entrega de bicicletas organizado por la potencia conservadora de turno, un proyecto que buscaba, recurriendo a los elementos más básicos, optimizar el rendimiento de la tecnocracia. De una manera agradable y simpática a los sectores progresistas. Musitaba “Mejor en bici”, mientras tomaba la destartalada 182.

Tomó la dirección correcta, la dirección a la Reserva Ecológica, le quedaban algunas horas todavía, y presentía o percibía que podía darse el lujo de desperdiciarlas.



En un lugar solitario, privilegiado, y seductoramente peligroso, con una vista privilegiada al humedal. Encendió medio cannabis, del que fumó la mitad. Comenzó a relajarse, a meditar y a realizar algunos movimientos de la técnica Feldenkrais, volvió a levantar la vista sobre la inmensidad verde y amarilla de ese solar empantanado. Buscaba el equilibrio.

Pronto el encanto del espacio encontrado se convertiría en un objeto de deseo por los curiosos vernáculos que merodeaban, alrededor de una supuesta esmeralda sin dueño. Por tanto, y ante la sospecha y la vaga claridad de sus intenciones. Comenzó prepararse para continuar su andar.

Su sensación de paranoia se vio cebada por el percance de que la cadena de su bicicleta se desprendió primero de su engranaje mayor y luego del menor. El zumbido constante que escuchaba, casi como una presencia maligna surgida de quien sabe que catacumba abandonada no ayudaba demasiado.

Pudo iniciar su marcha, tras su paso quedaban en su camino siniestras alucinaciones y criaturas humanas, animales y fantásticas, mientras avanzaba por el sendero al río.

El sol iluminaba su rostro de frente con una calidez inusual ese invierno de Julio.

Con la lengua seca, mascullaba el hecho de que los escritores escriben para colocarse de alguna manera en algún mapa de tierras imaginarias.

Con el vehículo proporcionado por una potencia de derecha que estaba en notorio enfrentamiento con sus actividades, creencias y valores, pero que sin embargo lo cuidaba como una madre amorosa que en el fondo odia al fruto de sus entrañas, recorría el terreno con esfuerzo.

Finalmente llegó hasta la playa, o la playa llegó hasta El, luego de que volcara por un terraplén de relativa altura. Algunos golpes lo hirieron mas en su orgullo que de otra forma, avergonzado, se reincorporó. Escudriño con su mirada un lugar cómodo donde instalarse, y comenzar a escribir sobre el camino recorrido. Inevitablemente concluyendo que un largo camino quedaba por recorrer. Mientras musitaba “Jhonny was a good man”, sazonado por el sabor amargo del tabaco calcinándose lentamente en sus pulmones.

Había comenzado como un cuento, un relato mas, pero amenazaba con convertirse en una novela, o al menos en la discreción del privilegio del anonimato o la póstuma locura de una casualidad genética traumatizada por lo cotidiano, que se escribía de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Todo ello desde la infantil simplicidad de un cuadernito Gloria.

Se sumergía lentamente en lo mas tenebroso de su naturaleza oculta. Sus dudas, miedos, frustraciones y, a la vez, sus sueños y proyectos, en fin su concepción del xenit de la felicidad.

Continuaron días de excesos de todo tipo que manifestarían lo peor de su ser en una entidad extracorpórea, como en un ritual del altiplano guiado y presidido por un gurú inca o al menos un expatriado global. Literalmente todo tipo de excesos.

En este escenario escapaba del acoso de la publicidad electoral que resonaba a su alrededor aun cuando intentaba silenciarla con alguna melodía.

Murió mientras destapaba un Jack Daniels, ahogado en su propio vomito, inconsciente, como si maratónicamente intentase escapar de la realidad, como en una cronología de una sobredosis anunciada.

Moloko

Futbolnomics.

Nosotros jugamos al fútbol, no jugamos al “soccer”, ese es un neologismo de los yankees construido para establecer una diferencia entre el futbol americano y el fútbol, nuestro fútbol. Quizás por una cuestión de mercadotecnia.
Para no perder el hilo se podría comenzar con un análisis superficial de la novedad deportiva de la semana o si se quiere del año, el nuevo torneo de 38 equipos, el cual puede ser interpretado como la manifestación de las consecuencias de una deuda especial y sugestivamente deportiva y económica de la dirigencia de los equipos grandes y prestigiosos, saldada por los equipos cuya trayectoria se sustenta solo en el merito y el trabajo diario (y su consecuente hostilidad a la modificación de su escala de valores, como una afrenta moral).
Y el inevitable paralelo entre la recesión económica actual, con la inefable sospecha de la cesación de pagos por parte de las potencias económicas, en especial Estados Unidos).
Donde los países periféricos deben financiar con su propia inestabilidad económica el proceso de endeudamiento de los países “centrales”.
Haciendo un poco de historia diría que todo empezó a fines de los setenta cuando Estados Unidos decidió reactivar su economía en base al consumo y China decide introducir reformas de corte liberal a su sistema produciendo en serie aquellos bienes que se consumirían en Estados Unidos y sus eventuales satélites. A cambio China adquiriría bonos de deuda soberana emitidos por Estados Unidos y sus satélites.
Hoy en una coyuntura donde el modelo propuesto entonces parece agotarse. Palabras como recesión, ajuste, y blindaje parecen adueñarse de la crónica y la retorica diaria, todo parece indicar que el próximo interrogante será, Quien financiara el nuevo ciclo de crecimiento de los países centrales…? La respuesta permanece latente pero influenciada en que las modificaciones al flujo de bienes, servicios y personas siempre se ve influenciada por cambios que se dan dentro de la coyuntura interna de los países centrales , léase Centros de Poder, (sean guerras, epidemias, sequias, hambrunas o crisis económicas). Y que los más perjudicados serán indefectiblemente los más débiles y expuestos. Sean estos países, Estados o simplemente personas comunes.
Así como en el fútbol, a favor o en contra, y aunque parezca una construcción vacía “una nueva era está por llegar”.

El cepillo de los pendejos.

Dūra rahō! Dūra rahō! La incomodidad de tener que acostumbrarse a las multitudes de mendigos de Bombay, le habían enseñado a decir una sola palabra en hindi…”Alejarse! Alejarse…!
Se acercó vociferando hacia las dos heteras eventuales. Pudo rescatarlas de las manos y miradas que mezclaban absorción, admiración e indiscreción.
Mientras caminaban con rumbo vago y desconocido, miró una bola de pendejos flotando junto a un montículo de materia fecal. Y mencionó.
-Les pasó lo que les pasó recién, porque se ven demasiado respetables…-
-Por algo hace varios días que no me ducho ni afeito, intento parecer lo menos inocuamente respetable posible.- Explicó.
-Existe una directa relación entre respetabilidad y pragmatismo.- Continuó.
Sus palabras y pensamientos se interrumpieron nuevamente con la imagen de la bola de pendejos flotando en la fétida acequia.
-…y claro, por algo en la India nacen tantos gurúes, médicos y sanadores, es por el entorno anti sanitario en el que el cuerpo y el espíritu son forzados mas allá de sus propios límites.- Desarrolló con simplicidad.
-…es todo una cuestión de motivación.-

domingo, 24 de julio de 2011

Leon Russell -- Back to the Island

Si no tenés plata para irte a la playa estas vacaciones de invierno, conformate con esto.


El informador

Con una voz fuerte pero a la vez amable, inspiraba seguridad, esa seguridad que nos enseñan desde chicos en la escuela, es decir con una inquebrantable relación entre autoridad y seguridad, los llamó con un rostro sin expresión.
Todos obedecieron sin cuestionarse, sin desconfiar de lo inusual de la vestimenta del extraño o el codigo de barras tatuado en su calva nuca, sin criticar lo inusual de las circunstancias ese verano en la Colonia de Vacaciones de la Mutual del Sindicato de Empleados de Comercio, Servicios de intercambio de bienes por valores varios y Afines (MSECSIBVyAf)donde todo parecía un mundo de ensueño de alegría infinita donde solo la cancelación de la visita de los chicos de Gran Hermano empañó la jornada.
-Tengo noticías para darles- Dijó cuando unos 50 lo rodeaban.
-Todos, ahora, deben morir- Continúo de inmediato.
Ante la impavidez de su pueril audiencia, imprevistamente extrajo su juego de Uzis doradas y con grabados orientales indescifrables hasta para el mas informado de los gurus televisivos de turno.
Descargó varias ráfagas, mientras los niños y coordinadores reparaban en todo lo que pudieron o no hacer, en sus creencias religiosas y en sus ancestros ya pasados a mejor vida.
Entre lágrimas, pis y un sulfuroso aroma a materia fecal.
Dijo:
-Eran balas de salva boludooooos!!! Es una cámara para el programa de Tillingo.

-Cabezón!!!! Andate a cag...!!!-

Real time.

-con las pastillas no me va a subir la presion Dr.? con una inusual mezcla de incauto e ingenúo preguntó el burgúes de Caballito al Dr. Roche-Roemmers-Fantino, en la casualidad del destino compartido en la salita de espera de la agencia de viajes Info-travel, habían entablado una amenizante conversación.

-Todo lo contrario son ansioliticos papá...para que te pensas que se lo recetan a los viejos...?
-Porque estan toda la vida comiendo asado y cosas supergrasas, mas el catalizador externo (stress, etc)
-...despues de grandes se sorprenden porque tienen stress...
-...la tension alta es la inercia del stress adquirido a traves de los años.
-..no te percataste de la relación deporte=serotonina-stress en definitiva menor presión en el largo plazo...?
-...fijate también el caso de los orientales y sus indices de longevidad que tienen.
-...por la alimentación y por las cuestiones culturales- Continuaba didácticamente.
El turista ocasional lo interrumpió de manera grosera:
-...yo tomo mucho máte, el máte es milagroso, lo leí en la Wikipedia.-
La arrogancia del Dr. era inigualable, y generalmente innecesaria, pero no pudo con su genio y arremetió cortesmente:
-...Ya se que el mate es milagroso es una hierba guarani como todo lo bueno.