El elector.

14 de Agosto Elecciones Primarias, Obligatorias, el rufián durmió hasta tener la cara hinchada sobre la almohada. Ni se calentó. Se levanto como a las 7 de la noche, cuando el boca de urna ya era noticia fiambre y las diferentes coberturas periodísticas se limitaban a mostrar el derroche del aparato político en los diferentes bunkers, de ganadores, perdedores, y ganadores a medias.


Llego Octubre, y esta vez, porque los astros se alinearon. Quiso ir a votar. Y fue. Hizo fila, mirando con nostalgia el patio de esa escuelita primaria de barrio. Distrayendo su atención con los posters hechos en papel afiche por los alumnos durante la semana.

Mostró su DNI al presidente de mesa cuando llegó su turno.

No podes votar, el 14 no votaste y era obligatorio.- Sentencio y afirmó el funcionario eventual.

El resto de los que sentados inquirían sobre la escena, miraban con preocupación.

El soldado que custodiaba la elección se acercó con fría y prudente curiosidad.

Obligatorio…? No me digas.- Respondió al borde de la insolencia.

Si, es obligatorio votar en internas abiertas.-La charla amenazaba con convertirse en debate.

También tengo que retener el documento.- Amenazo el muchacho, que tomaba muy en serio probablemente el único día de trabajo que realizo en el año.

OK, no votare, en definitiva los que pierden un voto son ellos.-El rufián recorrió con la mirada al resto de los fiscales. Que de inmediato comenzaron a acomodar sus sillas. Y levemente a levantar la voz con disconformidad.

Sobre el documento no te hagas problema, tengo varios, y te voy a contar algo ya que estamos…lo que necesitas en Argentina no es un DNI…es un pasaporte.-Continúo mientras el resto de la gente se impacientaba y los fiscales empezaban a susurrar incansablemente la palabra “Fraude”.

El joven presidente de mesa lo interrumpió:

Ma sí…sabes qué…? Anda, toma un sobre, vota…-

El rufián entro, selecciono cinco boletas al azar y las colocó en el sobre, rompió otras veinte también al azar, y salió de la habitación.

Ingresó el sobre en la urna. Y se marchó con la actitud burlona de siempre.