viernes, 13 de agosto de 2010

Irremediable

Carlitos estaba en la plaza con nosotros, con sus mejillas rojas nos ofrecía la permanente sensación de que acababa, o se estaba por mandar alguna picardía. Carlitos era bastante travieso. Lo conocíamos desde hacía un tiempo, ya ni nos acordábamos desde cuando. Era parte de nosotros ya. Éramos uno. Éramos un todo.


En fin...estábamos ahí nomás. Haciendo lo de siempre. Fue cuando Carlitos interrumpió nuestro silencio.

-Los conoce alguien a esos...?.- Con el mentón nos indicaba unos pibes que estaban con un enano. No jodían a nadie los pibes. Pero todos queríamos un enano y no habíamos conseguido esa tarde por lo de la recientemente temporada de escasez de enanos.

Nos quedamos en silencio, prevenidos de vernos implicados en algo.

Volvió a quebrar la monotonía de nuestro silencio pasivo.

-Ustedes vayan para allá...después córtense en dos y sigan otra ruta...hagan una "T"...entienden...?.-Nos decía mientras gesticulaba con sus manos y sus cachetes pecosos.

Resultaba inevitable que algo estaba por suceder. Carlitos ya estaba en acción y no había vuelta atrás.

Por lo menos nos daba una vía de escape. Al menos por el momento, un tranquilizador halo de seguridad parecía cubrirnos en ese cielo despejado del campito del costado de la vía.

Cumplimos con sus indicaciones y nos fuimos para el lado del árbol caído, un poco más lejos.

Carlitos se quedó solo. Los pibes del enano para mí que algo sospecharon. Y conociéndolo a Carlitos, para mí que lo que el pretendía era precisamente eso, que los pibes sospecharan. Que se pusieran un poco ansiosos, nerviosos, se quedaban solos, con un enano y el siempre inoportuno Carlitos.

La idea era simple. Simular "una acción", "una intervención", "un procedimiento", en concreto impersonar a la autoridad, tan inoportuna como Carlitos. Y robarse el enano. Todo regido por la ambigüedad de la particular moral de Carlitos.

-Hola chicos...que tal...?-Sin detener su paso encaró nomás

Vaya a saber que interpretaron los pibes. Lo cierto es que se quedaron congelados. Eran la manifestación misma de la expresión "factor sorpresa". No entendían de qué iba la cosa. Pero lo que asumieron de inmediato fue que Carlitos era de la autoridad y que estaban hasta las manos.

Igual no importa mucho lo que pensaron, Carlitos apuró lo tramites.

-Qué estás por hacer!!...-Su alarido terminó por anular a los pibes. De inmediato les empezó a dar electrochoques con una pistola eléctrica.

-Dámelo, Dámelo!!! Donde lo tenés! Adonde mierda te lo metiste pelotudo...!- Continuaba su práctica anti-Zen Carlitos.

Cuando la paciencia de Carlitos se estaba por terminar, ya que todo esto no era nada, logró arrebatarles el enano.

Con los papeles sellados se dispuso a evadirse. Lo vimos llegar con el enano abajo del brazo y una expresión entre agitada y melancólica. El enano sería otro souvenir.

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